De un tiempo a esta parte, llevamos un nivel de vida muy ajetreado y agitado, sin parar en casa, puesto que en estos tiempos deben trabajar los dos padres, claro, y luego al llegar a nuestro hogar, nos quedan; las labores, las compras, los niños, los deberes, .... Este nivel de vida tan agitado nos impide tener tiempo libre, llegamos cansados del trabajo, y otras muchas situaciones que hacen que nos olvidemos un poco de los más pequeños. Los pequeños, al igual que nosotros, incluso más, necesitan de la atención, cariño y respeto de otras muchas personas, y en especial, de sus propios padres.
Debido a estas circunstancias, muchas familias dejan de cenar en familia, y por experiencia propia, quiero hacerles saber, que es muy importante para nuestros hijos, que tras pasar todo el día en la guardería o colegio, necesitan de nosotros, y es ahí cuando debemos estar. Éste hecho, les proporcionará unos beneficios altamente enriquecedores, sobre todo emocionalmente.
Cuando cenamos juntos, creamos un ambiente de confianza, disfrutamos unos con los otros de las aventuras diarias, y a los padres, nos brinda la oportunidad de enseñar cómo poner la mesa, cómo preparar la cena, y lo más importante de cara a su presente y futuro, buenos modales en la mesa.
Recomendación; cenar todos juntos os enriquecerá mucho, y a los pequeños mucho mas.
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